lunes, 1 de diciembre de 2008

Introducción

El 1 de enero de 1959 triunfó la revolución socialista en Cuba que permitió a Fidel Castro tomar el poder. Hasta entonces, y desde la independencia de España en 1898, Cuba había sufrido el intervencionismo por parte de Estados Unidos. En plena guerra fría la administración estadounidense consideró a la revolución cubana un serio peligro, no sólo por el hecho de tener tan próximo un régimen potencialmente aliado de la Unión Soviética, sino además por poder convertirse en fuente de inspiración para otros países. La pequeña isla podría prestar apoyo a otras revoluciones que extendiesen el comunismo en latinoamérica. Las relaciones entre los dos países pronto empiezan a tensarse: Cuba nacionalizó todas las posesiones de empresas estadounidenses en el país; EE.UU. deja de comprar azúcar a Cuba, que empieza a ser comprado por la URSS.

El presidente Eisenhower no tardó en ordenar la financiación de organizaciones paramilitares que trataran de desestabilizar o derrocar al régimen cubano, tanto dentro como fuera de la isla. Los dos países terminan por romper toda clase de relaciones.

La bahía de Cochinos, recibe su nombre probablemente del pez del mismo nombre (Balistes vetula)[1], y no del cerdo común.

Invasión

Antecedentes

La CIA reclutó voluntarios entre los exiliados cubanos establecidos en EEUU que fueron entrenados en campamentos principalmente de Guatemala, pero también de Puerto Rico y Nicaragua. Estos 1500 hombres formaron la Brigada 2506 y recibieron instrucción como artilleros, paracaidistas, pilotos de aviones, etc.

Para la operación se consiguió una flotilla de barcos y aviones viejos servidos por el ejército estadounidense. Los recursos militares de la brigada fueron:

  • 8 aviones de transporte C-46.
  • 6 aviones de transporte C-54.
  • 16 bombarderos B-26.
  • 5 tanques M41 además de jeeps, cañones, morteros y camiones.
  • 8 barcos y 7 lanchas para desembarco.

El plan ideado consistía en el desembarco en la costa sur de Cuba de fuerzas que partirían en barco desde Nicaragua. Previamente, ataques aéreos procedentes de la base de Puerto Cabezas en este mismo país anularían a la fuerza aérea cubana bombardeando los aviones y las pistas de los aeropuertos. Durante el desembarco los vuelos de abastecimiento y protección de las fuerzas invasoras continuarían. Los paracaidistas tratarían de controlar las carreteras. La infantería y artillería intentarían controlar la Península de Zapata, cerca de Bahía de Cochinos (desde Playa Larga a Playa Girón), en la que tras un periodo de tres días se desplazaría allí, desde Miami, un Gobierno provisional ya elegido que reclamaría formalmente la ayuda militar de EE.UU. La zona elegida para el desembarco era una zona pantanosa de difícil acceso buscando una protección natural ante el ejército cubano. Durante la defensa de este territorio ocupado se esperaba las deserciones en el bando comunista, algo que no ocurrió. En el plan inicial la zona de la invasión era Trinidad para así poder contar con los guerrilleros anticastristas que operaban en las montañas de Escambray.

Desde Puerto Cabeza en Nicaragua partieron los buques que transportaban al contingente integrado por unos 1200 hombres con la aprobación de John F. Kennedy, que había sustituido a Eisenhower en la presidencia del gobierno de EE.UU.

Preludio

Día 15 de abril

Ocho aviones B26 bombardean los aeropuertos militares de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y el Antonio Maceo de Santiago de Cuba, con el resultado de 5 aviones destruidos: un Sea Fury, dos B-26 y dos aviones de transporte. Sin embargo quedaron intactos aviones T-33 y cazas Sea Fury. Los Sea Fury eran superiores en velocidad a los B-26. La brigada 2506 perdió tres bombarderos. Un B-26 se dirigió a Estados Unidos donde se presentó como desertor del ejército cubano y pidió asilo, informando que él y otros pilotos habían sido los autores del ataque a los aeropuertos, en una estrategia estadounidense para ocultar su implicación en la operación aérea. Éste fue el único bombardeo que se llevó a cabo de los tres previstos.

Después de este ataque Castro movilizó a sus tropas ante una posible invasión. Además ordenó una redada para encarcelar a un gran número de potenciales opositores.

Reseña de la invasión

Día 17 de abril

Tras días de navegación, durante la madrugada se produce el desembarco en Playa Girón y Playa Larga de 1200 miembros de la brigada 2506 escoltados por buques de guerra norteamericanos. Fidel, al enterarse de la situación, envía a sus aviones a realizar un reconocimiento y al regresar le informan que el desembarco era una imitación del desembarco de Normandia en pequeña escala. Los mercenarios avanzan ante la escasa resistencia de los milicianos. Horas después 300 paracaidistas son transportados tierra adentro para ampliar la zona invadida, con la misión principalmente de controlar las tres carreteras de acceso al lugar. En esas primeras horas los aviones cubanos derriban siete aviones B-26 y ponen fuera de combate a los buques Houston y Río Escondido cerca de Playa Larga, perdiéndose el armamento destinado a las fuerzas en tierra. Las tropas regulares del gobierno de Fidel Castro van llegando paulatinamente a la zona, reforzando a los milicianos que hasta entonces intentaban rechazar el ataque. Castro comprendió que era fundamental atacar a los barcos para anular el envío de suministros y la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR) cumplió su objetivo. Al final del día los barcos de la brigada asaltante se retiran definitivamente quedando sin desembarcar equipos y municiones; el Houston quedó encallado, y luego es hundido a cañonazos desde la costa y el Río Escondido fue hundido por la aviacion revolucionaria.

Día 18 de abril

Se inicia la contraofensiva: las tropas de las brigadas que controlan las dos carreteras de acceso a Playa Girón son obligadas a retroceder hasta la zona de San Blas; en Playa Larga las tropas asaltantes, ante su difícil situación, deciden abandonar sus posiciones y dirigirse a Playa Girón para unirse a los otros miembros de la brigada. El ejército revolucionario se hace con el control de Playa Larga.

Día 19 de abril

Las fuerzas invasoras tienen que retroceder ante el empuje de las fuerzas revolucionarias de San Blas a Playa Girón; los que quedan se rinden a primeras horas de la mañana. En la playa, a la escasez de municiones se une la falta de apoyo aéreo, gracias a la efectividad de las baterías antiáeras ("cuatro bocas") y a la Fuerza Aérea Revolucionaria, con sus viejos aviones pero con experimentados pilotos. Kennedy autoriza finalmente una cobertura aérea limitada, pero los cazas a chorro de los portaaviones llegan cuando ya las fuerzas revolucionarias dominan toda la zona. Sin embargo, 2 B-26 tripulados por pilotos norteamericanos en la nómina de la CIA son derribados. Finalmente los invasores terminan por huir, unos buscando lanchas, otros por las zonas pantanosas, aunque la mayoría son capturados. La operación termina con la victoria del ejército cubano. Un año después, los invasores capturados serían cambiados por compotas y medicinas.



"Información extraida de la Wikipedia"